Pocos estudiantes ingresan a la universidad con la finalidad de llegar a ser investigadores. Pareciera que ven la investigación científica alejada de su vida cotidiana, y con el tiempo pueden irse distanciando del reconocimiento de la formación científica en el ejercicio profesional cotidiano. No suelen ver que el distanciamiento con la metodología de la investigación varía en las ciencias exactas, biológicas e ingenierías de aquellos interesados en las ciencias sociales y administrativas.

Desde la experiencia docente de los autores, se invita a reflexionar en cómo, al realizar estudios universitarios, la metodología de la investigación científica en sus diferentes modalidades se relaciona con necesidades sociales, aunque no siempre pueden ser entendidas con una lógica común para todos los hechos cotidianos. Lo más importante es que el estudiante pueda reconocer que, a lo largo de su formación, él es un actor en el desarrollo de la ciencia y la generación de conocimiento científico; pero para poder hacer esto es necesario una disciplina personal por reflexionar sobre un tema de interés, reconocer que hay cosas que no se pueden explicar inmediatamente y que es necesario aprender a estar en la incertidumbre cuando no se tiene la respuesta, en lugar de responder con cualquier cosa que satisfaga la intranquilidad personal dejándonos en una trampa. Por tal razón estudiar una disciplina científica no es solamente cumplir créditos, requisitos y trámites, también se requiere un compromiso personal en desarrollar un pensamiento disciplinado, humilde, honesto y confrontante que permita superar la trampa del razonamiento.