En el año 2019 emergió la enfermedad por coronavirus, convirtiéndose pronto en una pandemia. Para minimizar el contacto físico, en todo el mundo se comenzó a decretar el confinamiento temporal de la población. Con el fin de gestionar la crisis sanitaria, los habitantes de los diferentes países fueron confinados en sus domicilios; la educación presencial fue suspendida en todos sus niveles y se volcó a la enseñanza virtual. Tras el repentino cierre de los centros educativos, no solo la docencia tuvo que transformase a la modalidad online, una docencia remota de emergencia (Hodges et al., 2020; Area-Moreira, 2021), sino que las actividades de difusión del conocimiento que las Universidades proponen de forma periódica tuvieron que replantearse. En efecto, congresos, simposios y grandes conferencias académicas suelen tener distinta periodicidad, siendo lo más habitual la celebración anual. Nos referimos reuniones que solían ser presenciales y congregar, a veces, a cientos de asistentes y durar varios días.